Control biológico en la agricultura moderna

En la actualidad, la agricultura enfrenta innumerables retos para satisfacer las necesidades de los seres humanos. Ya no se trata únicamente de producir materias primas y alimentos, sino estar a tono con la dinámica de la sociedad, la economía y la ecología, en el marco de un mundo globalizado que exige sostenibilidad. Lo paradójico es que en las últimas décadas los avances tecnológicos del sector han sido insuficientes comparados con las expectativas de los consumidores y nos hemos concentrado en una lucha administrativa para lograr competitividad. El esfuerzo cotidiano de hacer más con menos, es agotador y nos dificulta contemplar nuevos horizontes. La innovación, es una de las respuestas para la apertura de estos nuevos horizontes, pero factores como la resistencia al cambio, la presión del mercado, las ideas preconcebidas, entre otros; nos dificultan pensar en otras alternativas diferentes a la mera reducción de costos. Y es bueno recordar que la innovación no es robotizar y automatizar todos los procesos, sino ser buen observador, mirar las cosas desde otro punto de vista, aceptar las ideas simples, realizarlas con persistencia y tal vez con un poco de terquedad. Y es aquí donde el control biológico puede realmente aportar al manejo de la agricultura moderna, porque aunque parezca abrumadoramente sencillo utilizar un bicho que se come a otro bicho para manejar nuestros problemas fitosanitarios, debemos aceptar que es así como la naturaleza hace y ha hecho siempre su trabajo. El control biológico no es la panacea para el control de plagas en nuestros cultivos, pero es una alternativa, una herramienta más, que puede llegar a ofrecernos infinitas posibilidades, especialmente en un país con todo su potencial biodiverso por descubrir. Así que, como dicen nuestros aliados: Démosle una oportunidad a la naturaleza.

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